El placer es un estado momentáneo – La felicidad es un rasgo permanente
Un estado es un sentimiento o una emoción impermanente. Un rasgo es una parte permanente y estable de nuestra vida. El placer es un estado temporal de ser que alterna con, indiferencia y aversión. Vamos de un lado al otro a medida que la persona, el objeto o la experiencia cambian según las circunstancias y condiciones cambiantes. Tenemos un día bueno, un mal día y un día blah. Así es como es con las fuentes externas de placer. Aparecen, cambian, desaparecen y reaparecen. El placer nunca es constante como fuente. Es siempre cambiante.
A diferencia del placer descubrimos que la felicidad auténtica es un rasgo. Una vez cultivada y revelada es interna, permanente e inmutable. Usted puede contar con él. Debido a que es un rasgo es estable y resistente, lo que transmite una inmunidad progresiva a las adversidades de la vida incluyendo el envejecimiento, la enfermedad y la muerte.
Hay investigaciones recientes de Richard Davidson y colegas en la Universidad de Wisconsin que pueden ser de interés aquí. Su investigación se centró en la parte más recientemente desarrollada de nuestro cerebro – la corteza prefrontal. La corteza prefrontal izquierda parece ser el centro del cerebro para la experiencia de la felicidad y el bienestar y el lado derecho al contrario. Es como si el lado izquierdo representa el vaso medio lleno y el derecho para el vaso medio vacío.
A través de su investigación descubrieron que cada uno de nosotros tiene una disposición básica que contiene una cierta proporción de actividad de izquierda a derecha. Algunos de nosotros somos más izquierdistas – el optimismo y el bienestar de un vaso medio lleno. Algunos de nosotros somos más derechistas – el pesimismo y la insatisfacción de un vaso medio vacío. En realidad somos cada uno una mezcla – un poco de cada lado. Sin embargo, cualquiera que sea nuestra disposición básica es estable en el tiempo. Es por eso que se llama un rasgo.
Si tenemos una experiencia placentera relacionada con el placer externo el cambio de activación será a la corteza prefrontal izquierda y si tenemos una experiencia desagradable la activación se desplaza hacia el lado derecho. Pero esto es sólo temporal: un cambio de estado. Pronto regresamos a nuestra disposición básica. Estoy seguro de que todos podemos ver esto en nuestra experiencia personal. Tenemos cierta disposición básica. Los cambios y cambios de la vida pueden movernos en cualquier dirección – placer o descontento – pero con el tiempo regresamos más o menos a nuestro “viejo” yo.
Lo importante de esta investigación fue el descubrimiento de que los meditadores bien entrenados (50.000 – 70.000 horas en la vida) podrían alterar su disposición básica y cambiar su línea de base de bienestar y felicidad hasta la corteza frontal izquierda. Ellos demostraron que un rasgo básico puede ser permanentemente mejorado o cambiado por el entrenamiento mental. La felicidad y el bienestar pueden ser aprendidos.
Aún más importante es el descubrimiento de que los individuos que son sólo principiantes en el entrenamiento mental pueden mostrar cambios tempranos pero definidos en la proporción de la actividad prefrontal de izquierda a derecha. Porque el placer es un estado que nunca se puede estabilizar y fijar. La felicidad, sin embargo, es un rasgo estable. Y la buena noticia es que podemos desarrollar y mejorar esta experiencia estable a lo largo de nuestra vida adulta.