
A diferencia de todas las demás criaturas vivientes, los seres humanos están dotados de la semilla de una vida potencialmente muy preciosa, feliz y significativa. Esta es una oportunidad rara, inusual y afortunada. Es raro porque la vida humana es una ocurrencia poco frecuente. En un torrente de tierra podemos encontrar más seres vivos que el número total de seres humanos en la tierra. Es una oportunidad inusual y afortunada que resulta de las cualidades y capacidades especiales únicas a la vida humana.
¿Cuáles son estas cualidades y capacidades inusuales y afortunadas? Entre todos los seres vivos sólo poseemos un agudo intelecto, una capacidad superior para el lenguaje, la imaginación creativa, una compasión expansiva y el amor, y lo más importante, la capacidad de conocer y unirse con la naturaleza misma de nuestro ser. Debido a estas capacidades, a diferencia de todos los demás seres vivos, somos capaces de liberarnos del sufrimiento y prosperar y prosperar en nuestras propias vidas y en relación con los demás. De esta manera la vida humana es un acontecimiento único.
En la vida ordinaria, este potencial extraordinario permanece invisible y desconocido. No podemos desarrollarlo, porque estamos constantemente distraídos por nuestra mente ocupada. Seguimos nuestra charla mental donde quiera que nos conduce, llenando nuestro tiempo con actividades sin sentido, consumiendo apegos y distracciones innecesarias. Sin embargo, con las circunstancias adecuadas -una mente y cuerpo sanos, una libertad personal, una motivación fuerte, y maestros y enfoques apropiados- podemos superar estas limitaciones autoimpuestas y colocarnos en el camino hacia una vida especial y preciosa.
Dado que una salud profunda y sostenida, la felicidad y la integridad es el único potencial de la vida humana, su consecución se convierte en el único propósito de la existencia humana. Nos movemos hacia la posibilidad de una vida plenamente realizada tan pronto como volvemos la mente y el corazón en la dirección correcta. ¿Qué podría ser más significativo que vivir todo el potencial que se codifica en nuestra naturaleza? ¿Qué puede ser de mayor valor? ¿Qué puede traernos mayor alegría?
En el este hay una historia contada de un pescador que baja al mar cada mañana antes del amanecer. Una mañana encuentra una bolsa de cuero. Todavía estaba oscuro y pensando que la bolsa estaba llena de pequeños guijarros, se divirtió tirando una piedra tras otra al mar. Al amanecer, sólo quedaba un guijarro. Lo miró y quedó atónito al ver que en realidad era un diamante. Había arrojado todos sus diamantes al mar, excepto éste. Al igual que el pescador, tampoco somos capaces de ver los grandes dones de nuestra vida. Sin darnos cuenta, los arrojamos lejos, satisfaciéndonos a nosotros mismos con una vida “ordinaria” en lugar de la extraordinaria dada a nosotros como seres humanos.
Hay otra historia contada de un framer pobre que lucha cada día para hacer una vida básica. Desconocido para él, bajo el suelo de su choza de tierra es un tesoro enterrado dejado por un rey hace mucho tiempo. Ignorando este tesoro escondido, no podía disfrutar de la riqueza que siempre estaba “bajo sus pies”. Como resultado, vivía en gran pobreza. Sin embargo, un día un clarividente, un hombre sabio, visitó al granjero y le dijo acerca de la gran riqueza que se encuentra debajo de su choza. Todo lo que tienes que hacer, dijo el hombre sabio, es cavar para ello. Es casi lo mismo con nosotros mismos. Vivimos con los grandes tesoros de paz, felicidad e integridad justo delante de nosotros, pero no podemos verlo. Sin embargo, todo lo que tenemos que hacer es desarrollar nuestra mente y nuestro corazón, ¡y ahí está!
La mantequilla no se ve dentro de la leche. Para transformar la leche en mantequilla necesitamos revolverla. Necesitamos trabajar lo que hay. Transformar la semilla y la posibilidad de una vida preciosa en una vida de excepcional salud, felicidad y plenitud también requiere esfuerzo. Este esfuerzo es una auto-educación, una educación centrada en la mente y el corazón. Este desarrollo interior revelará nuestro tesoro humano escondido eliminando los obstáculos mentales que oscurecen una vida más grande. Una educación interior no consiste en adquirir información sobre el mundo exterior, ni en desarrollar las herramientas de una vocación. Es una educación acerca de nuestra vida interior. Es un proceso de mirar dentro, quitando los velos de charla mental y pensamientos y emociones afflictive, ampliando la comprensión, ganando nuevas capacidades y habilidades, y desarrollando nuestro potencial lleno. Muchos antes de que haya logrado esto. Tu también puedes.
La educación moderna se ha orientado hacia el logro en el mundo exterior. En esto hemos tenido mucho éxito. Pero el logro externo no es una garantía de salud y felicidad, y en realidad podría obstaculizar el logro de estos objetivos. Con el fin de complementar nuestra pericia externa ahora debemos centrarnos en el desarrollo interior. Necesitamos una educación holística que educa todos los aspectos de nuestra humanidad. Sólo una educación holística del cuerpo, la mente y el espíritu puede garantizar que no lleguemos al final de la vida con las manos vacías, habiendo perdido los grandes tesoros de la vida humana.
A la mayoría de nosotros se les da gustos de lo que una vida así se sentiría. Tal vez sea en un momento de comunión con la naturaleza, una experiencia en la cumbre de la actuación deportiva, un toque de las bendiciones del amor, la experiencia directa de la danza, la música o las artes, o una apertura del corazón a través del servicio a los demás. Durante estas experiencias de “pico – pico” es probable que experimente una amplitud interior y facilidad, vivacidad intensa y la conectividad, la integridad y el deleite – un flujo sin fisuras y presencia en la vida. Estos parecen momentos “mágicos”. Pero en realidad son las cualidades de nuestra naturaleza innata que hace mucho tiempo hemos abandonado. Imagínese lo que sería como si pudiera estirar estos momentos para que puedan convertirse en su vida en lugar de meros vislumbres transitorios de lo que es realmente posible. Esa es la vida que buscamos.