Restauración del bienestar básico
¿Cómo abordamos esto? Un enfoque muy importante es la práctica del desarrollo interior. Porque, desde las primeras etapas de la práctica, comenzamos a experimentar momentos de paz mental y facilidad. Al principio puede ser sólo un fugaz vislumbre. Pero cuando tocas esta paz especial y facilidad, para ese momento has experimentado directamente el bienestar básico como un adulto. La gran noticia es que podemos restablecer el bienestar básico en la edad adulta, no por llegar al revés para revivir el pasado o hacia afuera buscando falsos sustitutos, sino al llegar a nuestro interior y re-parentalidad a través de la práctica interna.
Una y otra vez he tenido la oportunidad de observar esto en mis clases o práctica de consejería. Aprendí que con la orientación adecuada cada individuo puede volver a experimentar el bienestar básico. Cuando surge durante una sesión de práctica de inmediato lo señalo. Señalo que esta es la experiencia exacta que se perdió en la infancia. Es el bienestar básico. “¡Ahí está! Está en ti. Nadie le inyectó tranquilidad y facilidad mental. Seguiré esto con una afirmación clara, reafirmando una vez más que esta experiencia natural de bienestar surgió de dentro a través de la práctica – nada cambió externamente, nada cambió en la historia pasada. La mente se calma y la quietud y el bienestar surgen juntos. Todo se queda quieto y todo es pacífico y bien. Así es como, a través de la práctica y el desarrollo interior, volvemos a experimentar el bienestar.
Para muchos individuos esta es la primera vez que se ha experimentado un descanso interior. Sin cambios en las circunstancias exteriores, la calma ha sustituido a la inquietud, la facilidad ha reemplazado el esfuerzo persistente, y la paz ha reemplazado a la agitación. Y parece tan natural y simple. Señalo esto declarando lo obvio – que no he inyectado esa experiencia en su sangre. Está ahí, siempre ha estado allí, y con la práctica puede llegar a ser cada vez más permanente. El bienestar básico puede restablecerse mediante el entrenamiento mental.
Calmar la mente nos permite el espacio y la distancia para entender su funcionamiento. Podemos explorar cómo los pensamientos, los sentimientos y las imágenes mentales surgen, permanecen y se disuelven de nuevo en la conciencia. Podemos averiguar cómo una experiencia temprana se fija erróneamente en la mente y el cuerpo. Podemos entender el funcionamiento defectuoso de la mente y cómo y por qué una experiencia de la infancia se convierte en nuestra vida. Y de esta manera podemos reorientar nuestra mente, más fácilmente de lo que pensamos, recuperando su función normal. No estamos encadenados a nuestra historia pasada. Podemos recuperar nuestra infancia perdida. Los enfoques contemplativos pueden restaurar el bienestar básico – nuestra forma innata de ser y servir como la base esencial para una vida más amplia y una salud óptima.